viernes, 23 de mayo de 2014

Perder las llaves mientras viajas

La verdad es que cada día me gusta menos viajar, pero el fin de semana pasado Luis se empeñó en hacer un viaje de dos días al pueblo de sus padres, una aldeita innombrable (porque no consigo acordarme nunca del nombre, vamos) del norte de España.

A diferencia de mí, Luís adora los viajes. Yo nunca entenderé qué les ve: días fuera de casa, en ciudades que no conoces, con gente extraña, y con una permanente sensación de estar desubicada que a mí se me hace muy desagradable.

El viaje estuvo gafado desde el principio, porque a los 10 minutos de partir, a nuestro coche se le pinchó una rueda...

Una vez en el pueblo, fuimos a ver a los padres de Luís, y tras tres horas de insufrible reunión familiar, por fin pudimos retirarnos a descansar después de tanto tiempo en el camino.

Nos alojamos en un piso de los padres de Luís, en el mismo centro. La primera sorpresa fue que no había agua, por una avería en el motor del aljibe del bloque. Dormimos una siesta, y nos marchamos al despertar, de nuevo, a casa de sus padres para poder ducharnos.

Una vez arreglados, salimos a cenar. Y no os vais a creer lo que me pasó entonces: después de los postres, entré al cuarto de baño y cuando me levantaba del váter, las llaves del piso se me cayeron del bolsillo del pantalón dentro de la taza y justo en el momento en que pulsaba la cisterna (fue todo simultáneo) y por mucho que corrí, la fuerza del agua fue bastante más rápida que yo y asistí atónita a la desaparición definitiva de las llaves por el desagüe...

Cuando se lo dije a Luis le dio por reír y nuestra primera idea fue pedirle una copia a sus padres, pero casualmente, no tenían.

Todo estaba dentro del piso: nuestro dinero, nuestros objetos personales, las llaves del coche, la documentación...

Así que tuvimos que ponernos en contacto con un cerrajero. Eran cerca de las doce de la noche y a mí me preocupaba el hecho de lograr encontrar uno a aquellas horas en un municipio tan pequeño. No obstante, me sonaba que había cerrajeros que prestan servicios las 24 horas del día.

Después de varias llamadas y búsquedas por internet, dimos con uno que tuvo que venir desde la capital, por lo que tuvimos que esparar más de una hora.

Luis y sus dichosas ideas de ir de viaje a lugares perdidos del interior de España.


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